lunes, 18 de julio de 2016

“Siete años para pecar” de Sylvia Day


¡Hola a todos/@s de nuevo!

Hoy estoy por aquí para hablaros de un libro de Sylvia Day. Supongo que la mayoría conoceréis a la autora por su conocida Saga Crossfire. En mi caso llegué a este libro después de leer la mencionada saga, en busca de una confirmación de algo que venía sospechando y es que esta autora tiene algo que no me termina de convencer.

Por si alguien ha leído la saga Crossfire, y espera encontrar algo similar en esta novela, comenzaré por advertir que ambas obras son absolutamente diferentes. Crossfire es una novela contemporánea y Siete años para pecar es una de esas obras ubicadas temporalmente en épocas que retrotraen a la mujer a un tiempo pasado que es mejor olvidar.

El libro trata sobre la vida de Lady Jessica Seffield que no es más que una joven educada “muy estrictamente” para llegar a ser una persona de bien entre la destacada sociedad Londinense.

Aunque sin confesarlo absolutamente a nadie, se siente atraída por el joven y libertino Alistair Caulfield, es convenientemente casada con Benedict Reginald Sinclair, vizconde de Tarley y futuro conde de Pennington. Contra todo pronóstico, ya que no ha sido ella la que ha elegido a su futuro marido, consigue vivir durante 7 años un matrimonio considerablemente feliz.

Tras la muerte de su marido, decide emprender un viaje en barco con dirección a una de las propiedades que su difunto le deja en herencia y en ese viaje coincidirá de nuevo con Alistair Caulfield, surgiendo entre ellos de nuevo esa atracción que siempre hubo entre los dos.

Por mucho que me empeñe en ver en la obra, la lucha de esta mujer por ser una “mujer” en toda la extensión de la palabra, me agobia la sensación de claustrofobia que me producen esas historias donde la mujer no es más que el medio para llegar a un fin; es decir, la procreación.

Por mucho que Jessica se empeñe en conseguir llegar a ser una mujer liberada, leyendo la obra sientes que la protagonista es una gota en un mar que jamás llegará a llenarse. Y en cierto modo, puede que tenga razón, porque a día de hoy a las mujeres nos queda mucho por hacer, muchísimo diría yo; pero ese es otro tema.

La lucha interna entre su yo más íntimo y la educación que ha recibido a lo largo de toda su vida es una constante en el libro.

Por otro lado, la injusticia que representa el hecho de que los hombres de la novela tengan mayor o menos importancia dentro de una familia, solo por el hecho de haber nacido antes o después, también me subleva bastante. Lo sé, es solo una novela, pero aunque la historia no me parezca mala, no me siento cómoda retrotrayéndome a épocas pasadas que como ya he dicho antes, en mi opinión es mejor olvidar.

No es una novela excesivamente coral, pero en la trama se relata con bastante detalle la vida de Hester, que es la hermana pequeña de Jessica y que ha sufrido, junto a ella una situación de malos tratos por parte de su padre y una figura materna bastante ausente en general.

Después de terminar esta novela, sigo sin ver lo que ha convertido a Sylvia Day en la autora de éxito que sin duda es. Como soy de la opinión de que algo tendrá el agua cuando la bendicen, prometo seguir intentándolo más adelante. Os agradecería que me recomendarais alguna de sus obras, contemporánea a ser posible.

Y nada más, por hoy. Que paséis buena tarde.

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