¡Hola a todos/@s de nuevo!
Hoy estoy por aquí para hablaros de un libro de Sylvia Day.
Supongo que la mayoría conoceréis a la autora por su conocida Saga Crossfire.
En mi caso llegué a este libro después de leer la mencionada saga, en busca de
una confirmación de algo que venía sospechando y es que esta autora tiene algo
que no me termina de convencer.
Por si alguien ha leído la saga Crossfire, y espera
encontrar algo similar en esta novela, comenzaré por advertir que ambas obras
son absolutamente diferentes. Crossfire es una novela contemporánea y Siete
años para pecar es una de esas obras ubicadas temporalmente en épocas que
retrotraen a la mujer a un tiempo pasado que es mejor olvidar.
El libro trata sobre la vida de Lady Jessica Seffield que no
es más que una joven educada “muy estrictamente” para llegar a ser una persona
de bien entre la destacada sociedad Londinense.
Aunque
sin confesarlo absolutamente a nadie, se siente atraída por el joven y
libertino Alistair Caulfield, es convenientemente casada con Benedict Reginald
Sinclair, vizconde de Tarley y futuro conde de Pennington. Contra todo
pronóstico, ya que no ha sido ella la que ha elegido a su futuro marido,
consigue vivir durante 7 años un matrimonio considerablemente feliz.
Tras la muerte de su marido, decide emprender un viaje en
barco con dirección a una de las propiedades que su difunto le deja en herencia
y en ese viaje coincidirá de nuevo con Alistair Caulfield, surgiendo entre
ellos de nuevo esa atracción que siempre hubo entre los dos.
Por mucho que me empeñe en ver en la obra, la lucha de esta
mujer por ser una “mujer” en toda la extensión de la palabra, me agobia la
sensación de claustrofobia que me producen esas historias donde la mujer no es
más que el medio para llegar a un fin; es decir, la procreación.
Por mucho que Jessica se empeñe en conseguir llegar a ser
una mujer liberada, leyendo la obra sientes que la protagonista es una gota en
un mar que jamás llegará a llenarse. Y en cierto modo, puede que tenga razón,
porque a día de hoy a las mujeres nos queda mucho por hacer, muchísimo diría
yo; pero ese es otro tema.
La lucha interna entre su yo más íntimo y la educación que
ha recibido a lo largo de toda su vida es una constante en el libro.
Por otro lado, la injusticia que representa el hecho de que
los hombres de la novela tengan mayor o menos importancia dentro de una
familia, solo por el hecho de haber nacido antes o después, también me subleva
bastante. Lo sé, es solo una novela, pero aunque la historia no me parezca
mala, no me siento cómoda retrotrayéndome a épocas pasadas que como ya he dicho
antes, en mi opinión es mejor olvidar.
No es una novela excesivamente coral, pero en la trama se
relata con bastante detalle la vida de Hester, que es la hermana pequeña de
Jessica y que ha sufrido, junto a ella una situación de malos tratos por parte
de su padre y una figura materna bastante ausente en general.
Después de terminar esta novela, sigo sin ver lo que ha
convertido a Sylvia Day en la autora de éxito que sin duda es. Como soy de la
opinión de que algo tendrá el agua cuando la bendicen, prometo seguir
intentándolo más adelante. Os agradecería que me recomendarais alguna de sus
obras, contemporánea a ser posible.
Y nada más, por hoy. Que paséis buena tarde.
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